Las jirafas del muelle.

En Málaga vivíamos en Pasillo del Matadero. Al final del río, me gustaba a mí decir, donde empieza el mar.

Allí vivimos muchos de los momentos más importantes de nuestra vida. De allí partimos para tantos viajes, allí regresamos de la Toscana como marido y mujer.

En febrero volvimos e hicimos algunas fotos. Es curioso el modo en que han cambiado las cosas. No las calles, los restaurantes, las tiendas, que también. Hablo de algo que va más allá.

Las fotografías ya no son iguales, enfocábamos a la misma ciudad y la ciudad volvía al objetivo siendo distinta: otra luz, otra mirada.

Pienso —y estoy bastante segura —que lo que es diferente somos nosotros, nuestra forma de contemplar el mundo y la realidad. De interpretarla.

Supongo que hoy somos más grandes, más fuertes, más sensibles quizá. Que todo lo que hemos andado se proyecta ahora hacia delante, el pasado nos hace de filtro, va guiando nuestros pasos.

Cuando vivíamos allí, al final del río, yo solía señalar desde cualquier punto —La Coracha, Pedregalejo, las terrazas de Carlos Haya —a las grúas del muelle y decía “allí está mi casa, allí, donde las jirafas”.

Cuando volví a verlas, tres años después de haberme ido, a una parte de mí le dolió saber que ya no eran hogar, esos cuellos largos y metálicos. Sin embargo, ahora lo sé, nunca van a ser solo unas grúas, las grúas del muelle. Esa imagen será para siempre el olor de mi primer verano en Málaga, los helados por la tarde, los paseos en bici, las cervezas en la Sureña al atardecer.

Ellas serán, para siempre, algunos momentos de clarividencia feroz: sentarme frente al mar y saber que allí no podía ser yo, que hacía falta un salto, dar ese salto y alcanzar la casilla en la que ahora soy feliz. Serán mi punto de partida, y una fortuna saber que están allí, ancladas, y que siempre podré, cuando flaqueen las fuerzas y olvide que alguna vez soñé con esta otra vida en Granada, echar la vista atrás y pedirles a ellas que me lo cuenten, el camino tan largo, la valentía, todo lo que hizo falta para llegar aquí.