Luz templada de la infancia, ¡tráemela de vuelta!
Aguas inquietas que bajo un puente huís
y sobrevivís al tiempo y a cada segundo cambiáis pero sois siempre las mismas,
arrastradla hasta mí de nuevo, que pueda sentirla otra vez,
traédmela de vuelta…
Pequeña que fuiste y que parecías no tener fin
río que no vio venir al mar
niñez que bajo el sol sureño y su abrazo caliente no te acababas, no te acababas…
Pies que volvéis a casa y bailáis al compás de los recuerdos
mamá, verano, jazmín, ventanas…
… y atrás la infancia, la infancia…
Los sueños me buscan y me plantan cara
las dudas, el miedo al miedo, todo aquello que no llegaba.
Y las guerras que no luché, tantas batallas…
¿Qué anhelabas ser, qué deseabas?
El cielo es el mismo pero yo he cambiado, y aquella niña…
Luz templada de la infancia, ¡tráemela de vuelta!
Que no la olvide, ni se apague el alma
déjate tamizar por las persianas y entra en el cuarto y en mí, ¡y déjame ser!
lo que yo soñaba.
Luz, luz templada, infancia
traedme de vuelta a mí, que yo me mire
que yo me aprenda, que me sepa y me recuerde
y que declare guerras y construya puentes
que nunca muera aquella mirada.
Tormenta que se desata en mi piel, que un rayo me parta
que la hoja afilada de un viento agresivo me abra.
Que yo me recuerde…
…que vuelva mi infancia.